Sentí que habíamos cruzado el muro del andén 9 ¾, ese que separa el mundo mágico de Harry Potter del mundo de los muggles. Esta es la sensación que te invade cuando llegas a Edimburgo, parece que estás en otro mundo; mejor dicho, en otra época. Esta ciudad nos enamoró, como enamoró a J.K. Rowling, la escritora de la famosa saga de Harry Potter, que plasmó en sus novelas la magia de la ciudad.
No sé si será la arquitectura de sus edificios o la cantidad de historias que se cuentan de la ciudad, la que le da ese punto misterioso. Una ciudad misteriosa… y llena de vida, sobre todo en agosto, mes donde coinciden varios festivales culturales y la ciudad se llena de gente dispuesta a disfrutar de conciertos, teatro, danza,…
Bueno, vamos por partes
Una vez en Escocia y después de cruzar las Lowlands más rápido que lo que hubiésemos querido, llegamos a Edimburgo. Como en otras ocasiones que visitamos una gran ciudad dejamos la furgo en un camping cercano para no preocuparnos dónde íbamos a dejarla, si podríamos aparcar, etc. Esta vez reservamos en el camping Mortonhall. Es un camping carillo pero tienen una parada de autobús en la misma puerta. Estás a media hora del centro. Así que, es cómodo.
La ciudad que nos enamoró
Como no podía ser de otra manera, desde la parada vimos aparecer un bus de dos plantas. Claro está, las niñas, emocionadas, se pidieron los asientos de delante de la planta de arriba. El ticket familiar nos costó 7,5 libras, con wifi gratis a bordo.
Según entrabamos en la ciudad se nos iba poniendo una cara de felicidad… Todas las calles y los edificios tenían la misma estética. Parecía que Mary Poppins se iba a posar en cualquiera de esos tejados. Solo los comercios más modernos rompían esa armonía.
En un momento dado, en un cambio de rasante de una de las calles por las que pasamos, encima de una colina, allí estaba, el castillo de Edimburgo, engalanado con múltiples banderas de colores. Entendimos que todo estaba preparado para uno de los eventos más importantes de Edimburgo que se organiza en la explanada del castillo: el Military Tattoo. No es un desfile militar cualquiera. Es todo un espectáculo. Nos hubiese encantado verlo pero las entradas son muy caras y por cuatro la cosa se dispara.
Nos bajamos en Princes Street junto a un gran jardín (Princes Street Garden). Esta calle separa la New Town (la ciudad nueva) de la Old Town (la ciudad vieja) y quizá sea la más comercial. Desde aquí sí que pudimos ver perfectamente la roca del castillo (Castle Rock), en la parte alta de la ciudad, como queriendo controlar todo.
Nos dirigimos hacia la Old Town. Se divisaba grandes edificios, que sorprendían por su altura. Todo tiene su por qué….
Según nos acercábamos nos llamó la atención la cantidad de publicidad que había en cada valla o pared de distintos espectáculos que se realizaban en la ciudad. Claro, cuando después de cruzar un “close” y llegar a la Royal Mile comprendimos todo: la ciudad estaba en pleno auge con el Festival Fringe.
El Festival Fringe es otro de los eventos que se desarrolla en agosto. La Royal Mile, la calle principal de la Old Town que comunica el castillo con el palacio real Holyrood, se convierte en escenario de distintas compañías de teatro, música, ballet,… Cada paso que das te encuentras un espectáculo distinto. Una calle preciosa, llena de gente, de color, de cultura, de arte… No habíamos vivido nunca algo así. Era increíble. La ubicación era perfecta: esos edificios de cientos de años, con muchas ventanas con carteles de “Yes” o “No” (refiriéndose al referendum que se realizaría un mes después sobre la independencia de Escocia de Gran Bretaña), tiendas donde vendían los típicos kilts (¡no les llames faldas escocesas!) confeccionadas con coloridas telas de cuadros o tartán…. Generalmente no me gustan las aglomeraciones, pero la Royal Mile es diferente, Edimburgo es diferente…
Nos acercamos a la oficina de Viajar por Escocia, una empresa que realiza visitas guiadas por Edimburgo y el resto de Escocia. Allí reservamos varios tours que nos recomendaron.
Tour a pie por Edimburgo
Nuestro tour comenzaba en la Royal Mile. Según la íbamos recorriendo en dirección al castillo Hernán Cortés, nuestro guía (su nombre es real y su padre un cachondo… según él decía), nos íba contando por qué Edimburgo es así.
Como en todas las ciudades, la vida se desarrolla alrededor del castillo. En Edimburgo sucedió lo mismo. Construyeron una muralla alrededor de él para proteger a la población de sus vecinos los ingleses. Los habitantes iban creciendo de muralla para dentro, a ambos lados de la Royal Mile. Hacia el 1.500 había una población de 15.000 habitantes alrededor de una calle de una milla de distancia (1.8 km). Hasta que llegó un punto en que la única manera de crecer era en altura. Así Edimburgo presume de los primeros rascacielos de la historia. Las estrechas calles que existían entre los edificios se iban cubriendo con el fin de agrandar las viviendas, convirtiéndose en callejones oscuros, los famosos “closes”, donde se esconden multitud de historias…En el siglo XVII ya había una población de 50.000 habitantes.
El saneamiento no apareció en la ciudad hasta el siglo XVIII, así que, una vez por la mañana y otra por la tarde, a la voz de ¡GARDY LOO! desde cada vivienda arrojaban las aguas sucias y excrementos a la calle. Todo iba a parar al lago North, lo que son ahora los jardines de Princes Street.
¿Te haces una idea de cómo podía ser la vida en Edimburgo? Infecciones y enfermedades como la peste estaban a la orden del día. Una ciudad insaluble, súper poblada… Vivir en esas condiciones no debía ser nada fácil. Ya en el siglo XVIII la historia mejoró ya que, con la unión de Inglaterra y Escocia las murallas no hacían falta, comenzó la urbanización de la New Town y la ciudad se extendió.
La verdad es que me parece tan interesante la historia de Edimburgo que no pararía de contarte cosas.
Bajando por Victoria Street, una de las calles con más encanto de Edimburgo, llegamos a Grassmarket, una plaza donde, en la edad media, se desarrollaba el mercado de ganado. Con una animación impresionante podemos encontrar numerosos pubs, todos con una historia detrás. Esta fue la única vez que pudimos entrar en uno ya que por la noche está prohibida la entrada a menores. Esta plaza era el lugar donde, habitualmente, se ahorcaban a los condenados.
Muy cerquita de este lugar, se encuentra el cementerio de Greyfriars. Aquí, J.K. Rowling se inspiró para escribir muchos pasajes de los libros de Harry Potter. Lo que más me llamó la atención es lo diferentes que son los cementerios de allí a los nuestros. Son jardines donde la gente va a pasear, incluso puede ser un paseo agradable… Hasta que te cuentan que Edimburgo es una de las ciudades donde se registran más fenómenos paranormales y concretamente en ese cementerio hay un lugar donde pasan cosas muy extrañas. Ejem, ejem,… Creo que hasta el más escéptico, en algún momento, echa la mirada atrás, por si acaso…
Pero en este cementerio también te encuentras con una historia la mar de tierna. Solo hay un animal enterrado en este cementerio: el perro Bobby. Estuvo 14 años visitando la tumba de su dueño todos los días. La gente se encargaba de alimentarle hasta que un día murió y se decidió que fuese enterrado en el mismo cementerio. A pie de su lápida dejan palos para que su alma juegue con ellos.
Hay tanto que contar que de momento lo dejamos aquí. En la próxima entrada sobre Edimburgo te contaré la parte más misteriosa y macabra de esta ciudad. ¿Estás preparado?
Comentarios
4 ComentariosPatricia
Feb 4, 2015Qué bonito post, amiga. Despierta en mí muchos recuerdos. A mí también me enamoró Edimburgo y sentí la magia de la que hablas… Ese cementerio yo también lo visité, no tenía ni idea de la historia del perrito, ¡realmente tierna!
Un abrazo de la cosmopolilla.
Viajando En Furgo
Feb 4, 2015Ay, mi cosmopolilla favorita… No puedes imaginarte la alegría que me da tenerte por mi casa.
Pues sí. Edimburgo es mágico. Todavía no lo tengo muy claro que puede ser pero nos cautivó. Deseando volver.
Un beso enorme.
Unmundopwra3
Feb 5, 2015Sensacional descripción de una ciudad que también nos robó el corazón. Nosotros pasamos en ella un fin de año inolvidable ya que participamos de sus festejos y principalmente de la Hogmanain o desfile de antorchas. Sencillamente espectacular!
Algún día regresaremos a ella pero cuando haga menos frío que en Navidad.
Un abrazo viajero a los 4!!
Viajando En Furgo
Feb 8, 2015Supongo que en cualquier época del año Edimburgo será una ciudad espectacular con tanto que ofrecer. Nos lo apuntamos para una Noche Vieja!! 😉
Gracias amigos. Siempre es un placer teneros por aquí.