Cómo hacer senderismo con niños y no morir en el intento

No hay nada como una buena caminata por el campo para respirar aire puro, estirar las piernas, desconectar de la rutina diaria, disfrutar de la Naturaleza, escuchar el silencio… Hasta que las niñas comienzan con el “yo no quiero andar más”, “¿hasta dónde tenemos que llegar?”, “yo me quiero dar la vuelta ya”,…. La situación idílica comienza a ponerse tensa.

Ante todo: paciencia; mucha paciencia. Hacer senderismo con niños tiene su historia. Pero… al fin y al cabo son niños. ¿Qué podemos hacer ante una situación así? Antes de nada les proponemos un objetivo, que no crean que andamos por andar. Seguro que al final hay algo que les encantará: la nieve, un río donde sentarnos a tirar piedras, la cima de la montaña donde tendremos el mundo a nuestros pies….

Lo que hay que hacer es que sus mentes no piensen en lo cansados que están y en lo aburrido que esto. Hay que entretenerles con otra historia. Para ello tengo algún juego que otro guardado en la manga para momentos de crisis. Algunos de estos ya los he comentado en esta entrada.

– Adivinar canciones: uno de nosotros tararea una canción y los demás tenemos que adivinarla. El que la acierte le toca la próxima.

– Adivinar animales: consiste en saber qué animal están representando utilizando la mímica. Vale hacer sonidos.

– Canciones: les entretiene mucho esas canciones que le vas añadiendo palabras y velocidad al cantarla. ¿Te acuerdas del “árbol de la montaña”? Pues canciones de ese tipo.

– Lo que hace la madre hace el hijo: seguro que has jugado a esto en algún momento ¿no?

– Reto: ponerles pruebas durante el camino, por ejemplo, encontrar una piña, una casita de pájaro, un tronco retorcido…

– Adivinar palabras, tan solo con preguntas de sí y no.

Hay infinidad de juegos. Échale imaginación y seguro que aciertas.

Si ves que no hay manera de que los peques disfruten del paseo, prueba a entablar una conversación con ellos sobre algo que les guste. En esta época lo que funciona a las mil maravillas es preguntar lo que se van a pedir a los Reyes. Eso sí, te pondrán la cabeza loca, no pensando en lo que queda para llegar, sino en la cantidad de cosas que se piden.

Y si, aun así, no funciona nada…. saliros del camino. Sí, dejad el camino fácil y buscad el lado pedregoso. Si tienen que escalar, trepar, subir, bajar,… ¡no hay cansancio que valga! Ahí te demuestran que están más preparados que tú y que algo de cuento han echado al asunto.

Cierto es que, cuando llegan a una edad, como los 10, 11 años…¡puf! Yo no sé qué prefiero. Porque ya no tragan con eso de ir cantando, o adivinar animales. Pero, los niños crecen. A ver que nos inventamos ahora.

Pero, aun así, es muy divertido poder disfrutar del monte con los peques. Incluso tirar piedras al río tiene su aliciente. O comerse el bocata en un prado rodeado de vacas. El senderismo es una de las actividades en familia más enriquecedoras.

¡Mucha suerte!