Adentrarte en las Highlands es entrar en otro mundo. Contemplar la naturaleza salvaje de Escocia hace que se te ponga la carne de gallina. Incluso emociona descubrir esos valles, protegidos por las laderas de los montes, cubiertos por una alfombra verde y morada por el brezo. Se respira paz, a veces interrumpida por unas inocentes ovejas pastando en cualquier lugar. Tienen para elegir.
Lo que más apetece es dejar la furgo y ponerte a caminar. Da igual donde. Pero yendo con niños hay que buscar un por qué, una meta. Así que decidimos buscar y conocer a dos de los «Old Man» de las Highlands, que resultaron ser unas rutas muy divertidas para hacer con niños. El tercero, el Old Man de Hoy, en las Islas Orcadas, lo dejamos para la próxima vez que volvamos. Porque seguro que habrá próxima vez.
Old Man of Stoer
La ruta comienza en el faro de Stoer. Está situado en un lugar idílico, rodeado de acantilados. El Old Man se encuentra a unos tres kilómetros.
El camino discurre al lado del acantilado. Un camino precioso, donde la hierba llega al mismo borde. Y, como pasa en toda Escocia, hay agua por todo los sitios. El día de nuestra excursión el recorrido estaba encharcado, lo que añadió diversión a la ruta. Tuvimos que saltar charcos, nos llenamos de barro hasta las orejas,… Así que fue un camino muy entretenido.
A mitad de camino, donde se puede ver todo el perfil de la costa, ya se divisa el Old Man de Stoer a lo lejos. Mucha gente llega hasta aquí y se da la vuelta si no quieren seguir con la caminata.
A partir de aquí el camino va subiendo muy lentamente hasta llegar a un punto en que comienza a bajar. El Old Man está cerca.
Llegar al momento donde se ve perfectamente. Hay que acercarse mucho al borde para estar enfrente de él. Y cuando vas andando y de repente aparece… ¡qué emoción! Parece estar formado por grandes bloques de piedras. Al verlo da la impresión que están pegados unos a otros. Hay profundas grietas formadas por el efecto de la erosión.
Pudimos ver a escaladores trepando por el Old Man al que acceden por una tirolina fija desde tierra firme hasta la pequeña isla.
A la vuelta, podemos ver el faro en la parte alta del acantilado. Una autentica postal de las Highlands.
Old Man of Storr
El Old Man of Storr se encuentra en la isla de Skye, quizá la zona más turística de las Highlands y de una tremenda belleza. Por eso, casi es una excursión obligada.
En un cúmulo de montañas rocosas se encuentra el Old Man, una especie de menhir gigante el cual, mientras que desde la carretera se ve perfectamente, comenzando la ruta eres incapaz de ver hasta que le tienes delante.
La ruta comienza desde el aparcamiento que encontraremos en la misma carretera que nos lleva desde Portree, un precioso pueblo pesquero, hacia el noreste, en la península de Trotternish. Una carretera que, por cierto, hay que recorrer si viajas a Skye. Aquí nos encontramos grandes maravillas como la Kilt Rock Waterfall, el espectacular paisaje de las Quiraing y uno de los atardeceres más increíbles de nuestra vida.
El camino es corto, unos 5 km. ida y vuelta, pero con una buena pendiente desde el comienzo. Aquí decidí que algo tenía que hacer con mi estado físico. No es normal que dos renacuajas suban más frescas que una lechuga y yo echando los higadillos por la boca.
La subida es durilla pero, lo mejor son esos momentos que paras para tomar aire y echas la vista a atrás. Ante ti una maravilla de paisaje: justo al otro lado de la carretera se encuentra el lago Leathan casi casi pegado al mar. De frente está las islas de Rona y Raasay. Y más allá las Highlands. Un paisaje de esos que hay que mirar despacito para no perder detalle.
Una vez que hemos recuperado el aliento seguimos subiendo… y ¡seguimos sin ver el Old Man! Está camuflado entre las montañas “que parecen hechas por churritos como las que hacemos en la playa”, dicen las peques. Llegamos a una bifurcación donde tú decides por donde quieres subir, derecha o izquierda, que fue nuestro camino. Unos metros más arriba, cuando el camino vuelve hacia la derecha ahí está el Old Man de Storr. ¡Es increíble! Un pico de basalto, de unos 50 metros de altura, solo, con el mundo a sus pies. Desde su base da vértigo mirar hacia arriba.
Por fin alcanzamos nuestra meta. Ya solo quedaba bajar, pero eso estaba chupado.
Toda Escocia se presta a caminar, a hacer rutas de senderismo y disfrutar de los paisajes. Pero encontrarnos con los Old Man fue tan emocionante que lo recordaremos siempre. Y espero que las niñas también.
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Comentarios
3 ComentariosLa Furgoteta
Oct 13, 2014Qué pasada chicos. Acabamos de descargar la furgo y nos está apeteciendo meterlo todo dentro otra vez y tirar para Escocia. Un abrazo.
Loli
Oct 14, 2014Pues ya sabéis… El año que viene seguro que es un buen año para ir. Os lo recomendamos al 100%.
2014, un año repleto de sueños viajeros cumplidos – Viajando En Furgo
May 22, 2017[…] en las Highlands. Las colinas, las ovejas, el mar, los acantilados, los atardeceres, los “Old Man”… componen miles de postales que guardamos en nuestras […]