Me encanta Portugal. Un país por descubrir, desde el norte hasta el sur; desde la costa, hacia el interior. Un país donde siempre nos hemos encontrado como en casa, turismo tranquilo y familiar, y se come… ¡cómo se come! Un país de tres “Bs”: bueno, bonito, barato.
Una cosa muy característica de Portugal es que, vayas donde vayas encontrarás algún rincón digno de recordar y ¡recomendar! Eso es lo que voy a hacer hoy: recomendarte un sitio especial y que a los niños les va a encantar por lo curioso que es. Es cierto que ninguno de nosotros imaginábamos lo que nos íbamos a encontrar.
Nuestro viaje fue dirección Lisboa, con intención de ver esta preciosa ciudad y ver Sintra, un pueblo muy cerca de la capital y con un patrimonio increíble. Allí podemos ver el parque y palacio da Pena, el castelo dos Mouros, el palacio de Monserrate o el convento dos Capuchos, del cual te voy a hablar hoy.
El convento dos Capuchos se encuentra en un lugar inhóspito, camuflado entre árboles, arbustos y musgo, en completa armonía con la naturaleza. La entrada al recinto es una simple valla de madera en el arco que forman dos grandes rocas. Al entrar en el patio central parece que está todo abandonado. Las paredes y tejado del edificio del convento están forrados de vegetación, como sí no se hubiese tocado desde que los últimos monjes franciscanos, a mediados del siglo XIX, dejasen el lugar.
Cuando entras en el edificio piensas en cómo hubiese sido la vida de los monjes allí: una vida humilde, sencilla y pobre. Y como condicionante: sufrir y sufrir. Por ejemplo, las habitaciones son minúsculas, por lo que los monjes dormían encogidos. En algunas se puede ver como está picado en la piedra, a los pies, para poder estirarse. Las puertas pueden tener una altura de ¡1 metro! solo por el hecho de tener que obligarse siempre a agacharse. La única chimenea, la de la cocina, y para evitar la humedad y el frío las habitaciones están forradas de corcho.
La visita es libre. Las peques se lo pasaron bomba porque iban y venían; subían y bajaban. Ver esas puertas tan pequeñas les hacía mucha gracia. No sé, quizá pensaban que era como una casa de muñecas.
En el siguiente enlace puedes tener toda la información referente a Sintra, y por tanto, del convento dos Capuchos. http://www.parquesdesintra.pt
¡Hay tantas cosas que ver en Sintra! Y el convento de los Capuchinos es uno de estos sitios que merece la pena visitar por lo curioso que es. Ya me contarás.
Datos de interés:
Ubicación:
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* Visita convento dos Capuchos: 6 € adultos; 5€ niños
* Visita combinada (todo Sintra): 26€ adultos; 19,50€ niños