Nunca digo que un sitio es mejor que otro, porque creo que cada lugar tiene su encanto. Pero el Monte Saint Michel, en Normandía (Francia), me sorprendió mucho, mucho. Por eso he decidido que sea mi primer post. Es más, cuando pregunté a Mario cuál sería el suyo, ¡coincidimos!
Siempre hemos oído hablar del Monte Saint Michel fenomenal, como algo especial. Y, desde luego, no defrauda. Kilómetros antes de llegar ya lo divisas a lo lejos e impresiona ver el monte y la abadía en la cumbre, rodeada de una ligera bruma que te impide verla con más nitidez. Sigues conduciendo hacia la bahía, cada vez más nerviosa porque el destino está cerca. Y cuando llegas allí y ves una pequeña isla amurallada, cubierta de casitas y su impresionante abadía vigilando toda la bahía…. una sonrisa aparece, contenta de poder disfrutar de ese lugar.
Según llegamos allí fuimos directamente a la zona de autocaravanas. Es un parking de tierra (estuvimos en el 2011) sin ningún tipo de servicio extra. Pero estábamos a 500 metros del monte, te dejaban pernoctar y, además, tuvimos la suerte de colocarnos en un sitio privilegiado. El pasar allí la noche nos costó 6€. Desgraciadamente, ya no existe esta zona.
Es bonito verlo de día, pero de noche…. ¡impresionante! Es todo un espectáculo. Según se va apagando el día van surgiendo las primeras luces que iluminan la isla, hasta que la luz es total.
Hay que adentrarse en la calle (sí, es una única calle) viendo cada rincón porque merece la pena. Se accede por un dique ya que es una isla que, si no fuese así, sería inaccesible cuando hay marea alta. Esto depende de la época del año. Hay que tener en cuenta el tema de las mareas y el momento en el que viajes allí. Cuando el agua está muy alta cierran algún parking, incluso, a veces, solo dejan los que están en el propio dique, junto a la entrada principal.
Según vas subiendo, las vistas que tenemos de la bahía son una maravilla. Cuando estuvimos nosotros visitando el pueblo, la marea estaba baja y podíamos ver como centenares de personas caminaban por la arena y se adentraban en la bahía. Curioso, la verdad.
La abadía de San Miguel se encuentra en lo alto del monte. Su nombre viene dado por el arcángel San Miguel, del cual, se encuentra una estatua en lo alto de la iglesia. Como suele suceder en estos edificios existen varios estilos debido a las numerosas modificaciones que se llevan a cabo al paso del tiempo. Pasa de ser, en su inicio, un oratorio hasta una cárcel. Todo el conjunto es Patrimonio de la Humanidad, muy bien merecido.
Comentarios
2 ComentariosUnmundopara3
Mar 19, 2014Bueno bueno, muy chulo el post. La verdad es que fue todo un lujo poder disfrutar de esas vistas mientras iba cayendo la tarde, a nosotros también nos encantó el lugar y no nos importaría repetir algún año.
Las fotos muy chulas, en especial me gusta mucho la de la ventana de la furgo con la Abadía encuadrada a lo lejos.
Un abrazo familia!!
Loli
Mar 19, 2014¡Hola familia! ¡Qué ilusión que «Un mundo para 3» comente en nuestro blog! ¡Todo un honor!. ¡Mil gracias!
La foto de la ventana de la furgo también es mi preferida. Así dormimos toda la noche, sin poner la cortina. Parecía que teníamos un cuadro colgado en la furgo. Realmente increíble. Es una pena que ya no se pueda aparcar tan cerca. Ahora podemos decir: «nosotros hemos dormido allí».
Lo dicho, muchísimas gracias.