Vuelta a la rutina… pero con una sonrisa en la boca difícil de borrar. Después de casi seis meses leyendo y preparando el gran viaje del año, se hizo realidad. Hace muy poquito que hemos regresado de nuestro Malasia sin furgo, nuestra primera vez en Asia, recorriendo parte de Malasia y Singapur durante tres semanas en familia.
Cómo comenzó todo
La idea de viajar a Asia llevaba rondando en nuestras cabezas desde hace mucho tiempo: un nuevo continente que conocer, del que todo el mundo habla maravillas.
A principio de año y culpando a las charlas viajeras por ello, nos liamos la manta a la cabeza y nos dijimos: “¿Y si es este año?”. Y lo ha sido.
Después de investigar y de preguntar a otros viajeros qué país nos recomendaban para “nuestra primera vez”, nos dijeron que Malasia era ideal como toma de contacto con el continente asiático. Un país seguro, con buenas infraestructuras sanitarias, de transportes,… sería nuestro destino para viajar con nuestras hijas. Un destino diferente, una forma de viajar distinta a la que estamos habituados, del que aprenderíamos mucho los cuatro juntos. Esta vez nuestra querida furgo se quedaba en casa.
Cuando lo tuvimos decidido, a finales de enero, comenzamos a buscar vuelos. Dimos con unos que nos encajaban en precio y horarios y ¡click! Ya eran nuestros. Seguidamente contratamos nuestro seguro de viajes, para tener las espaldas bien cubiertas durante el viaje y no perder el dinero de los vuelos en caso de tener que cancelarlo. Por suerte no lo tuvimos que usar…
Teníamos cinco meses por delante para preparar nuestro viaje. ¡A por ello!
Preparamos nuestro #Malasiasinfurgo
Como siempre nos gusta implicar a las niñas en la preparación de los viajes, tiramos de «hemeroteca» y recordamos la edición de Pekín Express 2015, que se realizó en Myanmar, Malasia y Singapur. Nos gusta Pekín Express, programa que vemos con las niñas, por dos razones principales. Una: la posibilidad de ver y aprender sobre otros paisajes lejanos y sus culturas tan distintas,… Dos: nos sirve para explicarles a las niñas las actitudes y valores que un viajero ha de tener cuando viaja a países extranjeros o al nuestro propio (no como hacen algunos concursantes).
¿Recordáis esa etapa en la que los concursantes se internaban en una plantación de té y debían recoger una cantidad exacta de él?
¡Sí!
¡Pues ahí vamos a ir! (Las Cameron Highlands)
¿Y el templo hindú que tenían que subir mucha escaleras y tenían que contar los escalones, y que debían tener cuidado con los monos que hay allí?
¡Sí!
¡Pues allí también vamos a ir! (Las Batu Caves)
¿Os acordáis de la ciudad donde debían buscar un trishaw excesivamente decorado y con música incorporada?
¡Sí!
¡Pues vamos a ir! (Melaka)
¿Y la pedazo de ciudad donde se realizó la final?
¡Sí!
¡Pues también! (Singapur)
Hemos visto varias veces los capítulos sobre Malasia de la serie de Makuteros y los vídeos de Singapur de Mola Viajar. Estos nos han servido para demostrar a los abuelos que se puede viajar tan lejos con las niñas sin ningún problema.
Para preparar nuestra ruta nos echaron una mano nuestros amigos de Un mundo para 3, que son unos enamorados del sudeste asiático; Carol, de En el camino con Moonflower, nos ayudó, sobretodo, para decidirnos dónde alojarnos y qué hacer y ver en las islas Perhentians, el paraíso para todos los que hemos estado allí; e Irene, de Tragaviajes, que nos orientó sobre qué hacer con las medicinas en este tipo de viajes.
Vuelos, seguro,… Había que pensar en los alojamientos. Para ello utilizamos distintos buscadores de hoteles como Booking o el comparador hundredrooms.com para buscar algún apartamento. Para viajer en familia éstos son más prácticos, ya que disponer de cocina y varias habitaciones facilitan las cosas al viajar con niños. Una cosa que tuvimos en cuenta era que la cancelación fuese flexible. Así podríamos hacer cambios de planes en caso de necesidad sin perder dinero adelantado.
Y como casi siempre, una guía de papel no falla en nuestros viajes. Así que, nuestra Lonely Planet viajó a Malasia.
Solo quedaba mirar y mirar qué era lo que queríamos ver y conocer.
Nuestro viaje
Pues ¡vinimos encantados por todo!
Nos ha gustado movernos en plan mochilero, aunque también hemos de decir que hemos echado de menos la furgo en alguna ocasión, sobre todo en los desplazamientos ya que, muchas veces, perdíamos todo un día en ellos.
La comida… ¡riquísima! La malaya, hindú o china. Estaba todo buenísimo. Eso sí, al final ya estábamos un poco saturados, cosa que se solucionaba entrando en algún lugar más occidental.
La gente… ¡estupenda! Sorprendía las ganas de saludarte que tenían, cruzar miradas y sonreírte, el encontrarte desubicado y aparecer alguien para ayudarte, en su peculiar inglés, pero que agradecías enormemente.
Los medios de transporte… ¡geniales! Kuala Lumpur dispone para todos los gustos. Tren, metro, monorrail, buses incluso algunos gratuitos,… Para movernos por Malasia hay autobuses comodísimos con grandes butacas para descansar durante el viaje.
Cultura… ¡una pasada! Tres culturas predominantes, la musulmana, hinduista y budista, conviviendo en perfecta armonía. Templos que se acumulan en la misma acera sin ningún problema. El respeto se palpa allá por donde vas.
¡Cuánto hay que aprender de estos países!
Hemos estado en ciudades, pueblos y poblados. Hemos pateado las ciudades, nos hemos adentrado en la selva durante tres horas en una barca por el río, hemos hecho trekkings por la jungla, hemos visto la flor más grande del mundo, hemos visitado templos, hemos nadado con peces payaso, tortugas y algún tiburón despistado en las claras aguas de las Perhentians,… Un viaje que ha tenido de todo y te contaremos más despacio.
Cosas que nos han llamado la atención
¿Y las niñas?
Pues como siempre, lo mejor. Es curioso lo que te enseñan estas pequeñas cada día. Lo que hace viajar sin prejuicios, que todo lo disfruten como algo nuevo y novedoso, como el ducharse a cubazos, dormir en lugares muy sencillos y humildes o probar todo lo que nos ponen delante. Quizá por todo esto es tan fácil viajar con ellas.
Además, te das cuenta de lo que se unen en los viajes. Son uña y carne, aunque también tienen sus momentos de crisis, claro.
Viajar con niños mola mucho mucho.
Si deseas ver más fotos de nuestro Malasia sin furgo, no dudes en buscarlas en nuestras dos cuentas de Instagram (@viajandoenfurgo y @mario_viajandoenfurgo) o utilizando el hashtag #Malasiasinfurgo
Y como siempre decimos: no dejes de soñar, porque los sueños se cumplen.
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