Lugares

Descubriendo Malasia en familia

Hace un año, por estas fechas, estábamos como locos preparando el súper viaje. Locos por la novedad, los nervios y la emoción que suponía viajar a Malasia sin furgo. Un viaje tan diferente, sin nuestro vehículo que tanta seguridad nos da. Pero las ganas de recorrer Malasia en familia, poner el pie por primera vez en Asia y conocer otras culturas, superaba todos los miedos e incertidumbre que se nos ponían por delante.

Preparar este viaje no fue fácil. Había que tener muchas cosas en cuenta. Dónde dormir, qué medio de transporte coger,… son algunas de las cosas que no controlábamos. Pero todo es ponerse. Delante del ordenador, leímos y releímos muchos blogs de donde sacamos toda la información necesaria.

Si estás pensando en que viajar a Malasia con niños puede ser interesante (ya te digo yo que sí lo es), aquí te contamos lo que visitamos y cómo lo hicimos por si te sirve de ayuda.

 

Preparativos antes del viaje

Lo primero de todo fue buscar los vuelos. Volaríamos con Turkish Airlines con escala en Estambul. La experiencia fue genial. El personal era muy agradable, la comida estaba rica y una pantalla individual en cada asiento donde podías elegir entre miles de películas, series y juegos.

Sobre las vacunas, decidimos no vacunarnos. Después de ver los consejos e indicaciones de la Unidad del Viajero del Hospital Carlos III y Ministerio de Sanidad, y preguntar a otras familias viajeras, decidimos no ponernos ninguna vacuna. Pero ante la duda, lo mejor es pedir cita en el centro de vacunación internacional más cercano y que allí te orienten.

Lo que sí teníamos claro era que contrataríamos un seguro de viaje. Ante cualquier problema sanitario más vale prevenir que curar. Nosotros contratamos el Iati Familia + Anulación por si no podíamos viajar en el último momento. Al menos así teniamos cubiertos los billetes de avión.

 

 

Visitamos a la pediatra para que nos aconsejara qué debíamos llevar en el botiquín, sobre todo pensando en las alergias de las niñas. Además nos hizo un informe médico por si teníamos algún problema con las medicinas en el aeropuerto.

Al llevar el viaje tan calculado en tiempo, llevábamos todos los alojamientos reservados. Los elegidos debían de poder cancelarse sin ningún coste antes de 48 horas, por si había cualquier cambio de planes. Además, aunque es muy fácil encontrar habitaciones familiares, iban disminuyendo según pasaban los día. Así que, mejor llevarlo todo atado.

¿Y el equipaje? Por comodidad pensamos que lo mejor era llevar cada uno maleta de mano. Nosotros lo teníamos claro: mochila tamaño medio y trolley que a la vez fuese mochila. El problema eran las niñas. No tenían ninguna maleta que se adaptase a las circunstancias. ¡Pues claro que sí tenían! Trolley y mochila a la vez: ¡la mochila de ruedas del cole!

1 Ringgit es aproximadamente 20 céntimos de euro. Es decir, 10 RM = 2€

 

Kuala Lumpur

No sé cómo definir Kuala Lumpur. Es una gran ciudad en la que, en muchos lugares, si no fuese por los rasgos orientales de su población, podrías decir que te encontrabas en cualquier ciudad europea. Un poco caótica. Mucho tráfico. Pero tiene su puntillo.

Su multiculturalidad se palpa en todos los rincones. En su arquitectura… Edificios musulmanes, hindúes o chinos se entremezclan en la ciudad. En sus gentes… El hiyab, el sari y el pantalón vaquero conviven perfectamente.

Situarse a los pies de las Torres Petronas no tiene precio. Te quedarías horas y horas mirando hacia arriba. Son impresionantes.

Subir a las torres parece que es complicado. Hay un cupo de visitantes diarios y hay que madrugar para poder ser uno de los afortunados. Cómo viajar con niños lleva otro ritmo, ni lo intentamos. Así que preferimos ir a la torre de comunicación, la KL Tower, desde la cual hay unas vistas impresionantes de toda la capital malaya.

No nos podíamos perder las Batu Caves, templo hindú que se encuentra a 13 kilómetros al norte de la ciudad. Imprescindible.

 

Visitamos el KL City Gallery, un museo donde conoces el pasado, presente y futuro de Kuala Lumpur.

Por supuesto, pasear por el barrio chino es toda una experiencia. Es divertido recorrer el Central Market o caminar por las calles más comerciales, Kasturi Walk y Jalan Petaling. Muchísimos puestos de productos varios se acumulan en estas calles durante la tarde-noche, cada uno ofreciendo su mercancía.

Cenamos una noche en la calle Jalan Alor. Llena de restaurantes con sus terrazas ocupan la gran mayoría de las aceras y calzada. Comida de todo tipo (malaya, china, tailandesa) se entremezclan. Un buen lugar para comer.

 

A tener en cuenta

  • En cuanto llegues, si tu teléfono es libre, compra una SIM para estar comunicado. Son súper baratas y la cobertura es muy buena en todo el país.
  • En Kuala Lumpur hay transporte público de todo tipo (tren, metro, monorrail, taxis) Para ir del aeropuerto a KL cogimos el tren hasta KL Sentral. Hay más opciones, como el bus o taxi que debes pagar antes de salir de la terminal. Para movernos por la ciudad encontramos unos autobuses gratuitos que son un lujo por lo cómodos que son y, además, sin pagar nada: GOKL.
  • En el metro hay vagones exclusivos para mujeres. Si eres un hombre, probablemente te inviten a abandonarlo.
  • Confirma el precio antes de subir a un taxi. Entre “fifty” y “fifteen” se hacen un poco de lío 🙂
  • Hace mucho, mucho, pero que mucho calor. Ve siempre con una botella de agua en la mochila.
  • Y hay que llevar a mano un fular, un chaqueta, algo para evitar el frío que existe en los sitios cerrados (medios de transporte, restaurantes, centros comerciales,… ) Tienen el aire acondicionado a tope y el contraste de temperatura es brutal.
  • Después de mirar mucho y cancelar alguno, nos alojamos en un apartamento en el centro, muy cerca de todo. Además tenía piscina, cosa que agradecimos enormemente. A Best Seri Bukit Ceylon Serviced Residence

Melaka

Melaka es ciudad Patrimonio de la Humanidad, ¡con todos los honores! Todo un relax después de estar dos días en la caótica Kuala Lumpur. Simplemente nos encantó.

Esta ciudad fue colonia portuguesa, holandesa e inglesa por su situación estratégica. Su huella queda patente en la arquitectura de los edificios del centro histórico.

 

Es una delicia pasear por sus tranquilas calles, toparse con mezquitas, templos chinos o hindúes, sentarte en una terracita al lado del río, incluso hacer un crucero por él como hicimos nosotros.

 

A tener en cuenta:

  • El autobús a Melaka sale desde la estación de largo recorrido Terminal Bersepadu Selatan. No hay que preocuparse por el horario porque salen cada media hora, cosa que nos sorprendió. El viaje dura unas dos horas y es muy barato. Nos costó 42 RM, poco más de ¡8€ los cuatro!
  • El bus te deja en Melaka Sentral. Allí hay que coger en bus urbano Nº 17 que te deja en la ciudad.
  • No te pierdas los rickshaw. Son de todo, menos discretos. Llenos de flores, luces, colores y con música.
  • No te olvides del agua. Hace tanto calor…
  • Aquí nos alojamos en un hotel sencillito, pero limpio, no muy lejos del centro y muy barato: unos 20€ habitación cuádruple con baño. Gold Leaf Hotel.

 

Singapur

Alucinante esta isla-ciudad-estado. Es un país que no deja indiferente a nadie. Un ciudad impoluta, bien organizada, casi futurista…

 

La bahía, con el hotel Marina Bay Sand en un extremo; en frente Merlion, mitad león, mitad pez, símbolo de Singapur; los Jardines de la Bahía; la zona financiera con los rascacielos a cuál más impresionante; un barrio chino precioso, Little India… son algunas de las cosas que no hay que perderse si viajamos a Singapur. Aunque esto ya lo contaremos al detalle en otra entrada…

 

A tener en cuenta:

  • Desde Melaka fueron unas 5 horas de bus. La verdad es que éste era comodísimo. Grandes butacones hicieron que el viaje fuese más agradable.
  • Singapur cuenta con unas normas exigentes, que si no las cumples puedes ser gravemente multado, como por ejemplo, mascar chicle, cruzar por donde no debes, comer en la calle, fumar en sitios no permitidos,…
  • En cuestión de precios, aquí suben bastante comparado con Malasia. En general, son como aquí. El alojamiento sí que lo vimos muy caro.
  • Aquí nos alojamos dos noches en el hostel 5footway.inn Project Boat Quay. Es cierto que está muy bien situado pero salía por una pasta. Nos costó unos 215€, dos noches, una habitación para los cuatro y con baño compartido.
  • Aunque no permiten comer en la calle, hay lugares donde se encuentran puestos callejeros para comer o cenar allí que suelen ser más baratos que los restaurantes, y muy auténticos. Puedes elegir entre todas las especialidades que se acumulan allí. Nosotros cenamos en Makansutra, cerca de Marina Bay, y comimos al día siguiente en Chinatown Food Street, en el Barrio Chino.
  • Para volver a KL con intención de continuar el viaje hacia Taman Negara y para ahorrar tiempo volamos con Air Asia. En una hora volvíamos a estar en KL.

 

Taman Negara

Es emocionante pensar que te internas en una de las selvas más antiguas del planeta. 130 millones de años, ni más ni menos. Íbamos dispuestos a ver alguna especie de mamíferos que habitan allí. Pero no tuvimos suerte. Algún insecto entre los miles que conviven en el parque junto a más de 10.000 clases distintas de plantas. Es el hogar de muchos seres, protegido de las devastadoras plantaciones de palma que están acabando con la selva tropical.

Llegamos a Kuala Tahan, en el centro de Taman Negara, desde Jerantut, en un bote surcando el río. 3 horas de viaje, que fueron de todo menos aburridas.

 

Allí realizamos varias actividades. Pequeño trekking nocturno intentando encontrar animales; trekking más durillo, sobre todo por el calor, hasta Bukit Terisek, un mirador hacia la selva; Canopy Walk, puentes colgantes entre los árboles; navegar por los rápidos del río, donde nos calamos hasta las orejas; visitamos un pueblo indígena, donde aprendimos a utilizar la cerbatana, beber de los troncos de bambú e incluso intentamos hacer fuego.

 

A tener en cuenta:

  • Al no haber manera de encajar días y medio de locomoción, en esta ocasión preferimos contratar un paquete que incluía transporte, alojamiento, comidas y actividades, 3 días, 2 noches. Lo hicimos en tamannegara.asia. Nos recogieron en Kuala Lumpur y luego nos dejaron en Cameron Highlands.
  • La furgoneta nos esperaría en China Town muy temprano, así que esa noche, a la vuelta de Singapur, la pasamos muy cerca del Barrio Chino: My City Hotel.
  • De todas las opciones de alojamiento que nos ofrecía la empresa elegimos la más barata, pero ¡con aire acondicionado! Menos mal. Yo creo que fue el lugar más caluroso de los que estuvimos. No sabes en qué hostel te alojas hasta que llegas allí. Nosotros teníamos quizá uno de los más humildes de todo el pueblo, pero muy limpio y unos dueños encantadores. Ryan Hostel.
  • Además de hidratarte continuamente, no hay que olvidar el repelente de mosquitos. Aquí, con el río cerca, es de lo más común que te encuentres con “manadas” de ellos.

 

Cameron Highlands

¡Por fin fresquito! ¡Cómo se agradece el descenso de la temperatura!

Las Cameron Highlands son populares por las plantaciones de té. Es impresionante ver colinas y colinas tapizadas de un verde intenso y radiante. Pero en las Cameron se pueden hacer muchas más actividades como ir en busca de la flor más grande del mundo, la rafflesia (solo la gente local la tiene localizada). Y si te gusta el senderismo hay rutas perfectamente señalizadas y de varios niveles. Eso sí, hay que asegurarse como es la ruta antes de hacerla. No vaya a ser que os pase como a nosotros recorriendo el sendero Nº 2: hora y media de caminata para recorrer un kilómetro (lo único que hacíamos era trepar para luego destrepar, sin avanzar apenas)

 

Desde luego, aquí no te aburres.

A tener en cuenta:

  • Los puntos de interés están muy distanciados entre sí y los queríamos ver todos. Así que contratamos un tour en el mismo hostel. En un día entero pudimos hacer un trekking para poder ver la raflexia, nos enseñaron a usar la cerbatana, visitamos un jardín de plantas, flores y mariposas, recolectamos fresas, y vimos las plantaciones de té.
  • Nada más llegar a Tanah Rata, el pueblo donde nos alojaríamos, compramos los billetes de bus para Kuala Besut, donde salen los barcos para llegar a las islas Perhentians, nuestro siguiente destino. Importante cogerlos con el ticket del barco incluido si no te quieres quedar en tierra. Si no lo tienes y el bus llega más tarde de las 6, hora a la que sale el último barco, no hay manera de llegar a tu hotel. En nuestro caso llegamos tarde pero un barco nos esperaba.
  • Esta vez el hostel elegido fue CH Travellers Inn. Habitación familiar con baño, cama de matrimonio y litera, estupenda.

 

Perhentians

Cuando nos decían que estas islas eran el paraíso siempre pensábamos que exageraban. Y no… Tal cual: es el paraíso.

Playas blancas. Un mar tranquilo azul turquesa con agua calentita. Corales a dos pasos de entrar en el agua Peces de todos los colores a dos palmos de nuestra nariz. Nadar con tortugas. Conocer a Nemo, bueno, ¡muchos Nemos! Ver monos y varanos. Alojarte en una cabañita a pie de playa.

 

¿Es o no es el paraíso?

 

A tener en cuenta:

  • Es mejor confirmar los billetes del próximo destino. Nosotros tuvimos la torpeza de dejarlo para el día antes de irnos y casi no regresamos a casa. Menos mal que disponíamos de un día extra y pudimos quedarnos a dormir en Kuala Besut antes de regresar a KL porque no había billete en ningún bus para el día elegido. Piensa que este viaje son 9 horas de autobús.
  • Perhentian son dos islas: Kecil, la isla pequeña, con un ambiente más movidito y Besar, la isla grande, más tranquila y familiar.
  • Nosotros nos alojamos en Abdul`s Chalet, en Besar. Un recinto de bungalows muy agradable en un playa perfecta para pequeños y grandes.

 

Me doy cuenta de la cara de boba que debo tener mientras escribo. Recordar todo esto hace que sonría sin parar.

…. recordar cada una de las experiencias que hemos vivido los cuatro en un país nuevo, un continente nuevo.

…. recordar las sonrisas de los malayos.

…. recordar esa arquitectura diferente, esa cultura diferente, esas ropas diferentes,… de un lugar en la otra punta del mundo, pero sin embargo, tan similares a nosotros.

…. recordar el viaje tan distinto a los que estamos acostumbrados.

…. recordar todo lo que hemos aprendido juntos, en Malasia y en familia.

Ay, espero que este viaje no se borre de nuestra memoria nunca por ser el primero de muchas cosas.

 

 

No dudes en seguirnos en Instagram, donde encontrarás muchas más fotos con el hashtag #Malasiasinfurgo.

Si vas a viajar a Malasia con niños y tienes cualquier duda, plantéalas en los comentarios y te contamos.

 

 

Descubriendo Malasia en familia was last modified: marzo 21st, 2019 by Viajando En Furgo
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