Córdoba: más que una Mezquita

Cuando escuchas Córdoba lo primero que se te viene a la cabeza es su Mezquita. Pero Córdoba es mucho más: sus calles, sus patios, sus balcones, sus plazas, su gente, su Guadalquivir… Es una ciudad para pasear y disfrutar de cada rincón.

En octubre del 2009, un fin de semana cualquiera, con muchas ganas de salir con la furgo decidimos tirar para allá. Es verdad que un fin de semana se hace corto para poder ver toda la ciudad bien, pero con las peques, suficiente. Según llegamos el viernes acoplamos la furgo en el camping de Córdoba, camping municipal “El Brillante”. Es normalito y algo caro, aunque muy práctico. Está muy cerquita del centro. Dejas la furgo y te olvidas. Hay una parada de bus cerquita, por donde pasa éste, que te deja en el casco antiguo de Córdoba. Con las niñas tan pequeñas decidimos bajar en el autobús, pero al volver, por un poquito más, nos cogimos un taxi (el transporte público, cuando somos cuatro, ya no sale tan barato).

Comenzamos nuestra andadura desde el edificio de la Diputación de Córdoba, donde nos dejó el bus. Desde aquí empezamos a adentrarnos en el meollo de la cuestión.

Al poco tiempo nos encontramos con la plaza de los Capuchinos y su archiconocido Cristo de los Faroles. ¿Cómo una plaza tan sencilla puede ser tan bonita? Todos los edificios alrededor blancos como la cal y, allí, presidiendo, el Cristo de piedra rodeado de seis faroles. Muy cerca se encuentra la cuesta del Bailío, de 31 escalones, todos cubiertos de piedras formando dibujos, que cruzaba la muralla romano por aquel entonces. Hacia el sur nos encontramos con el ayuntamiento donde se encuentra los restos de un templo romano.

Callejeando llegamos a la plaza de las Tendillas y desde allí a la Mezquita de Córdoba. Teníamos muchas ganas de verla. Siempre presente en nuestros libros de historia y nosotros sin conocer uno de los edificios más emblemático dentro del mundo musulmán y cristiano. Ainss….

Accedes primero al Patio de los Naranjos por el antiguo alminar de la Mezquita que pasó a ser el campanario de la Catedral cuando ésta se consagró. El patio es muy bonito y agradable: todo porticado con varias fuentes y, por supuesto, naranjos. Y de ahí pasas a la Mezquita. Imagínate: más de ochocientas columnas de mármol donde apoyan más de cuatrocientos arcos de herradura bicolor, blanco y rojo, la decoración, las celosías, el Mihrab de una riqueza impresionante… Si no has visto la Mezquita de Córdoba no te lo puedes imaginar. Estamos cansados de ver fotos de ella pero cuando accedes a la sala de oración… no puedes cerrar la boca por la admiración que te produce lo que estás viendo. En serio, es difícil explicar el cúmulo de sensaciones al admirar esa maravilla. Y tan distinto a cualquier monumento… Llama la atención como está integrada la Catedral entre tanta columna de mármol. Las fotos no hacen justicia. Aquí tenéis información sobre la Mezquita de Córdoba.

Cerca de la Mezquita-Catedral, siguiendo el curso del río Guadalquivir, llegamos al Alcázar de los Reyes Cristianos. Lo bonito de aquí son los jardines y sus fuentes de estilo mudéjar. Un verdadero oasis en un día caluroso como fue aquel.

El Alcázar linda con la Judería. Vayas por donde vayas, cualquier callejuela que cojas te encantará: calles estrechitas, casas blancas, flores en las ventanas que dan ese punto de color, verjas en las puertas para poder ver los patios de los que los cordobeses están tan orgullosos,…

Te encontrarás con muchas tabernas donde se tapea… ¡de maravilla! Bueno, nosotros comimos así: que si una tapa aquí y una tapa allá. Si vas a Córdoba debes probar el salmorejo, las berenjenas con miel y los flamenquines. Sí o sí.

Para rematar el día y pensando en nuestras hijas fuimos a un parque enorme, muy cerca del zoo y del hospital de Córdoba, que se llama “Ciudad de los Niños”. Si visitas Córdoba con niños acércate, sobre todo después de un duro día para ellos. Les harás felices. Es un parque diseñado para los niños y sus familias. Puedes encontrar de todo: zona de escalada y tirolinas, distintas áreas de juegos para todas las edades además de muy originales, juegos de arena y agua, vehículos donde los niños juegan, distintos talleres dirigidos por monitores… Un parque que se equipara al mejor de los parques europeos (en parques infantiles, el norte de Europa nos gana con creces).

El domingo de vuelta pasamos por Medina Azahara, la ciudad que construyó Abderramán III, a ocho kilómetros de Córdoba. Es una extensión muy grande donde todavía quedan en pie algunas paredes, arcos, muros. Se aprecia la riqueza y poder que tenía el califa. La visita es gratuita.

En fin, Córdoba merece una visita, con furgo o sin ella. Seguro que no te arrepentirás.

Datos de interés:

Ubicación:

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* Mezquita: adulto: 8€; niños de 10 a 14:4€; niños menores de 10: gratuito 

* Alcázar de los Reyes Cristianos: adulto: 4€; estudiantes hasta 26 años: 2€; niños hasta 14 años: gratuito

* Medina Azahara: Gratuito