Donde fueres, haz lo que vieres… Y lo que siempre hay que hacer, vayas donde vayas, es probar la gastronomía típica del lugar. Por ejemplo, si viajas a Portugal no dejes de probar el bacalao, si el destino es Marruecos pues el cous-cous o el tajin, en Bélgica el chocolate, y en Holanda…. el queso.
Hablando que queso y Holanda, hoy te quiero enseñar Alkmaar, la ciudad del queso en Holanda. ¿Por qué? Porque allí, todos los viernes se desarrolla el tradicional mercado de los quesos desde ¡1593!, algo que, si viajas a Holanda, te recomiendo sin pensarlo.
Alkmaar
Alkmaar ya se merece una visita. Se parece a Amsterdam pero en pequeño, con sus calles adoquinadas, transitadas por multitud de bicicletas, con los edificios típicos de ladrillo visto y ventanas alargadas y estrechas, con muchas tiendas, los canales navegables y sus puentes, sus museos y monumentos…
Pero, desde luego, su atractivo turístico es el Mercado del queso.
Mercado del queso
Cuando preparamos nuestro viaje por Países Bajos este acontecimiento nos llamó mucho la atención: un mercado del queso que se sigue desarrollando, igual, igual que hace cientos de años. Así que, asegurándonos del día y hora en que montaban el mercado, encajamos nuestra visita para poder verlo.
Todos los viernes, desde el primer fin de semana de abril hasta el primero de septiembre, de 10 a 12:30 horas, puedes ver en la Waagplein de Alkmaar (la plaza del Peso Público) como los comerciantes venden y compran quesos en un mercado atípico.
Los vendedores se acercan con sus camiones y furgones a la plaza y los ponedores comienzan a colocar su mercancía, quesos como ruedas de grandes, en su lugar asignado en la plaza, dispuestos en largas filas. En la plaza llega a haber 30.000 kilos de queso Gouda y Edam, unos 2.200 quesos.
Una vez colocados comienza el trabajo de los inspectores. Van haciendo calas y cortes a los quesos para comprobar su calidad. ¿Sabías que los típicos agujeros del queso están producidos por una bacteria de la leche durante la curación de este? Cuantos más agujeros y más regulares, el queso es de mayor calidad.
A las 9:30 tiene que estar todo colocado y preparado para dar comienzo al mercado. Mientras tanto, los porteadores, ataviados con camisa y pantalón blanco y un sombrero de paja del color del almacén que representan dentro del gremio, esperan a entrar en acción.
A las 10 en punto comienza el mercado al toque de la campana.
Entre el vendedor y el comprador se negocia el precio de los quesos a través del regateo. Se dan la mano para sellar el acuerdo.
Una vez que se produce la compra, los porteadores transportan el queso al peso público. Una vez pesados los llevan hasta el camión del comprador.
Los porteadores usan una especie de camilla con unas cintas en los extremos, las cuales se colocan en los hombros. Entre dos personas recorren la plaza con la camilla a cuestas, con un paso característico para mantener la estabilidad y facilitar el transporte.
En la plaza también nos podemos encontrar chicas con el traje tradicional holandés. Ellas son las encargadas de promocionar el queso.
Como ves es un mercado donde predomina la tradición, cosa que, los participantes respetan al máximo.
Alkmaar un viernes
Como te puedes imaginar Alkmaar, la ciudad del queso un viernes, es una fiesta. Cantidad de gente curioseando todo lo que se cuece allí, multitud de puestecitos alrededor de la plaza exponiendo su “mercancía”, y como no, el queso que te van ofreciendo para que lo pruebes. En definitiva, un ambiente estupendo.
Si piensas viajar a Holanda en primavera o verano, acércate un viernes a Alkmaar. Tan solo está a unos 40 kilómetros al norte de Amsterdam. Es todo un espectáculo lo que se vive allí. ¡Y algo muy curioso!. Es una manera de conocer y vivir las tradiciones holandesas en familia.