Azores, estas islas portuguesas en medio del océano Atlántico, siempre han estado en nuestro punto de mira. Su supuesta naturaleza en estado puro nos llamaba. Y este año, después de encontrar una súper oferta, no pudimos decir que no.
Nuestro destino sería Terceira, la segunda isla más importante del archipiélago después de Sao Miguel.
Y, aunque te parezca increíble, Terceira es así…
… verde saturado, verde fluorescente, verde imposible. Durante nuestra semana en Terceira muchos fueron los verdes catalogados. A cada paso que dábamos los verdes se intensificaban, cambiando si el sol relucía o si una nube le hacía sombra.
Vegetación a lo bestia. Todo es grande: los cedros son gigantes, el brezo es gigante, los helechos son gigantes,… “Arbilechos” decía Claudia, una mezcla entre árbol y helecho. en muchos momentos te sientes protagonista de “Parque Jurásico”.
Sí, sí. Flores y flores en cualquier lugar. Flores preciosas adornan cunetas, caminos, parques, jardines,… Inmensos arbustos floridos te los puedes encontrar en lugares inhóspitos que parecen que están plantados.
Es una isla volcánica, bañada por el agua del océano Atlántico y que surge de la lava acumulada de las erupciones de los volcanes que proceden del mar.
Rodeada de un océano, muchas veces tranquilo y calmado, como si fuese una piscina, y otras veces, mostrando su poderío.
Se pueden observar numerosos cetáceos que eligen estas aguas como lugar de residencia como los delfines. Podemos tener suerte de ver otros en su proceso de migración como la ballena común o la ballena azul.
Lava, cubierta muchas veces por es inmensa vegetación, o asomando de manera abrupta como en la costa o en los Misterios Negros, en el centro de la isla.
Las rutas de senderismo son uno de los atractivos de la isla. Es la mejor manera de conocerla. Caminos muy bien señalizados son la delicia de cualquier senderista. Además tienen la ventaja de que, elijas la ruta que elijas, pasas por distintos entornos: bosques, prados, lagos,…
Aquí te das cuenta de la humedad que tiene este archipiélago. El musgo cubre árboles e incluso la roca volcánica. Caminos encharcados hacen que la ruta tenga ese puntillo de aventura y sea más divertida.
Las cimas se convierten en improvisados miradores desde donde tenemos unas vistas de la isla impresionantes.
¿Quién puede decir que ha caminado por un tubo volcánico o ha podido entrar en la misma chimenea de un volcán? En Terceira hemos tenido la suerte de hacerlo y aprender sobre el origen de las islas Azores, similar al de las Canarias, que nos tocan más de cerca.
Algar do Carvao probablemente sea la atracción geológica más visitada en Terceira. Al acceder a ella descendemos 90 metros para contemplar perfectamente la chimenea que este volcán formó hace 3000 años.
En la Gruta do Natal, con casco en la cabeza, recorres un tubo volcánico por donde circuló en su día magma incandescente.
Pero la isla sigue viva. Su actividad volcánica perdura hoy en día. Lo podemos ver en las Furnas do Enxofre. Las fumarolas de sulfuro son testigo de ello.
Tan solo hay dos ciudades en la isla: Angra do Heroísmo, la capital, y Praia da Vitoria. En el perímetro de la isla, a ambos lados de la carretera que lo recorre, se acumulan pueblecitos que casi se comunican entre sí. Estos están rodeados de numerosos prados verdes, separados entre ellos con muros de piedras volcánicas. Desde el mirador de Serra do Cume tenemos unas vistas impresionantes de todo el valle cuadriculado.
Estos prados alimentan a las miles de vacas que hay en la isla. La explotación ganadera es la gran actividad económica de la isla ¡y de Azores!
¡Qué bien se come en Portugal! Y,como no podía ser de otra manera, en Terceira se come de maravilla.
Si vamos a la isla no podemos dejar de probar las lapas de Terceira; la alcatra, carne que cocinan en vasijas de barro; pescados como el bacalao y el “boca negra”; y como postre las tortas de doña Amelia.
Angra do Heroísmo fue declarada patrimonio mundial en 1983 por el trazado de la ciudad y por ser fiel reflejo de la historia de Azores y Portugal. En 1980 Terceira sufrió un importante terremoto el cual destrozó el 70% de los edificios de la ciudad. La reconstrucción fue muy estricta, con la intención de mantener el estilo arquitectónico de tiempo atrás, un estilo colonial.
Es una delicia pasear por el centro urbano de la ciudad. En todos sus edificios predomina un color, ya sea en los cercos de las ventanas y puertas como en las fachadas. Sus calles están adoquinadas con piedra negra, adornadas con figuras en piedra blanca.
En el Monte Brasil, un volcán extinto bañado por el mar, mantiene la fortaleza española más grande construida fuera de España,de São João Baptist, en este caso construida por Felipe II.
Pequeña pero inmensa a la vez. Un isla perdida en medio del océano Atlántico que nos ofrece mucho.
¿Y tú? ¿Conoces Terceira o alguna isla de Azores? Cuéntanos tu experiencia en este precioso archipiélago.
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