Recorriendo la Ruta del Emperador Carlos V en familia

Hace muchos años, cuando éramos «más jóvenes» recorrimos parte de la ruta del Emperador Carlos V hacia su retiro al monasterio de Yuste. Esta vez comenzamos en el valle del Jerte, y junto a nuestros macutos en la espalda, subimos hasta el collado de las Yeguas para luego bajar a Jarandilla de la Vera. Fue una ruta muy bonita pero complicada para ir con niños. O al menos así la recuerdo.

Muchos años después, Plan VE, guía de ocio del Norte de Extremadura, nos propuso recorrer junto a los vecinos de la Vera y senderistas de distintos lugares de España, la continuación de esa ruta que dejamos en Jarandilla. Este año se celebraba la XVI edición que conmemora la ruta del emperador Carlos V que realizó el 3 de febrero de 1557, desde Jarandilla de la Vera hasta el Monasterio de Yuste para pasar sus últimos días, pasando por Aldeanueva de la Vera y Cuacos de Yuste. Cercionándonos de que era una ruta factible para las niñas fuimos a conocer en familia la Ruta del Emperador en la Vera, fiesta de interés regional.

Como llegamos tarde dejamos el coche en Aldeanueva de la Vera y nos unimos a la ruta aquí. El camino está preparado, enlosado con piedras, quitando un pequeño tramo que era de tierra. Es todo bajada, la pendiente no es muy pronunciada, lo que hace que sea muy cómodo de recorrer. El camino pasa por el puente del Tejar, sobre la garganta de las Guachos, un lugar perfecto para descansar un poco y hacer unas buenas fotos a las cascadas que se forman delante de nosotros.

No puedo decir exactamente cuántas personas estaban realizando la ruta del Emperador, porque todas iban muy dispersas, pero había muchísimas: jóvenes, mayores, familias enteras, parejas, amigos, con perros,… La ruta se presta a recorrerla así porque es sumamente fácil y cómoda. 

Una vez llegamos a Cuacos de Yuste nos dirigimos, junto al resto de senderistas, a la plaza del pueblo, ataviada con banderolas que la cruzaban de una punta a otra, con estandartes colgados de los balcones. Una comitiva vestida con sus mejores trajes medievales y unos soldados de la época acompañaban al emperador Carlos V, el cual se despidió de los habitantes de Cuacos antes de su retirada al palacio recién construido lindando con el monasterio de Yuste.

Mientras que la gente esperaba la migas que con el pasaporte Carolino podían degustar, nosotros nos dirigimos hacia el monasterio de Yuste, lo dos últimos kilómetros de la ruta del emperador. A mitad de camino hicimos una parada en el cementerio alemán, donde se encuentran combatientes de la I y II guerra mundial que murieron en España y se les agrupó aquí.

Y un par de curvas más ya pudimos ver el monasterio, en un lugar privilegiado, ideal para pasar sus últimos días Carlos V. Una vez que recogimos el diploma como que habíamos realizado la ruta, hicimos unas fotos y comenzamos la bajada.

Para volver a Aldeanueva o Jarandilla se fletaron autobuses gratuitos. Aunque nosotros decidimos desandar lo andado.

Realizar la ruta del emperador Carlos V puede ser una excursión perfecta para hacerla en familia en cualquier momento del año. En total son 10 km bajando, un camino muy cómodo. El único inconveniente es la vuelta, que todo es de subida.

Otra manera de realizar la ruta es a caballo. Debe ser todo un espectáculo.

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