Ahora en pleno verano lo que más nos apetece es disfrutar de lugares fresquitos, donde no atice demasiado el calor, o al menos donde nos podamos dar un chapuzón para refrescarnos y sofocar el bochorno. Eso es lo que hicimos hace unos años un fin de semana de un agosto matador. Queríamos hacer algo diferente, divertido y agradable para la época del año. Decidimos hacer una actividad que seguro les gustaría mucho a las niñas y a nosotros y que te recomendamos sin ninguna duda: piraguas con niños en las Hoces del Duratón.
Hoces del Duratón
El Parque Natural de las Hoces del Duratón en la provincia de Segovia, es un lugar espectacular. Si te gusta disfrutar de la naturaleza no te lo puedes perder.
Este río se encuentra encañonado entre Sepúlveda y la presa de Burgomillodo, habiendo paredes que, en algunos casos, llegan a los 100 metros de desnivel. En su curso forma una serie de curvas que, vistas desde arriba, son impresionantes.
Estas paredes tienen un valor importante ya que es el hogar de infinidad de buitres leonados. Lo más normal es que puedas verlos volando a pocos metros de ti, con sus alas desplegada, ideal para darnos cuenta de su envergadura.
El parque natural es Zona Especial de Protección de Aves (buitre, halcón peregrino, águila real…) Por esto, en el periodo del 1 de enero al 31 de julio, hay que solicitar permiso para hacer senderismo por aquí, ya que es época de cría.
También hay que tener en cuenta toda la historia de esta zona, donde podemos encontrar desde calzadas romanas a ermitas románicas como la de San Frutos.
En Sepúlveda hay un centro de interpretación del parque con información sobre él.
Ermita de San Frutos
A la ermita se accede por un camino de tierra que sale de Villaseca, aunque pertenece al municipio de Carrascal del Río. Como a unos cuatro o cinco kilómetros encontraremos una explanada donde dejaremos el coche. A partir de aquí, el camino sigue a pie. Pero tan solo es un kilómetro andando.
Antes de llegar cruzaremos un puente de piedra que salva una buena grieta que, según cuenta la leyenda, la abrió el propio santo para proteger a los cristianos de los infieles.
Se encuentra situada en un lugar privilegiado del parque natural. Desde aquí podemos observar perfectamente el meandro que forma el río y sus aguas mansas ya que está ubicada en una pequeña península. Es una maravilla poder disfrutar de estas vistas. Y si, además, ves los buitres sobrevolando el cañón, es lo más.
Piraguas con niños en las Hoces del Duratón
La primera vez que hicimos piraguas con las niñas en las hoces Lucía tenía 5 años y Claudia 2. Sí, eran muy pequeñitas pero en Hoces del Duratón, una de las empresas que organizan rutas por este río, no nos pusieron ninguna pega. Así que… de cabeza.
Reservamos plaza para el domingo a las 4 de la tarde. Por ser ese día y esa hora la ruta nos salió más barata. Después de juntarnos todas las personas en las instalaciones, nos separaron en grupos. Nos dieron los chalecos, las palas y unas nociones para poder usarlas en el agua. Y para abajo…
Mario y yo ya habíamos montado en piraguas varias veces pero ir cada uno con una niña, sin que éstas colaborasen con las palas era más durillo pero igual de agradable: el agua tan tranquila, esas paredes tan altas desde la piragua, los buitres planeando en el cielo, las buitreras esperándolos,… un relax total. Si no que se lo digan a Claudia que se quedó dormida en la piragua.
La ruta se desarrolló en la zona embalsada, más cerca de la presa de Burgomillodo. Un monitor iba con nosotros explicándonos todo lo relacionado con el lugar: la historia, el entorno, la fauna,….
En medio del recorrido hicimos una parada en un playita donde, una vez que dejamos las piraguas, nos dimos un baño muy rico. Después del descanso, de vuelta al lugar de partida y así completar las tres horas que dura la ruta.
Claudia iba muy relajadita, con su chaleco que se le subía casi hasta las orejas y que le servía de almohada. Lucía, al ser más mayor, lo que quería era remar (a los niños no les dan remo). Allí estaba ella, de capitana en la proa de la piragua, a ver si ganaban a su madre y a su hermana.
Poder ver la Hoces del río Duratón desde dentro, deleitarnos con este paraje tan impresionante y disfrutar de una estupenda tarde los cuatro juntos no tiene precio.
Cada vez disfruto más haciendo este tipo de actividades en familia, con ese puntillo de riesgo, lo suficiente para que a las peques se les dispare la adrenalina. ¿Cuál será la próxima?
Ubicación:
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