La actividad volcánica de la isla de El Hierro sigue en marcha, con sorpresas como la ocurrida en el 2011. Por eso es la más joven de todo el archipiélago canario. Sus 800 volcanes datados avalan ésto.
Pero El Hierro erupciona cada día, desprendiendo sentimientos como hace mucho no sentíamos.
Emocionados. Sabes que vas a una isla volcánica, pero pasear por los restos de las coladas, tocar el malpais, esa lava petrificada que casi no puedes tocar por lo que pincha, pisar los tubos volcánicos con miedo de hundirte, imaginarse ríos de lava llegando al mar,… emociona.
Visualizar una isla con montañas el doble de altas e imaginar el mega deslizamiento de ellas, originando El Golfo, al norte de la isla, protegido por paredes verticales de 1000 metros… emociona.
Cruzar inmensos pinares por estrechas carreteras sin cruzarte con nadie,… emociona.
Visitar el centro vulcanológico y que la guía te cuente cómo vivieron la erupción del volcán submarino de La Restinga con un nudo en la garganta,… emociona.
Paz. Recorrer El Hierro, sin gente, sin grandes pueblos y ciudades, esa naturaleza salvaje, lugares espectaculares, el mar bañando esa costa tan abrupta,… te llenan de paz. Sentirla en estos días, que el estrés está a flor de piel, es un verdadero lujo.
Sorprendidos. ¿Cómo esta isla puede ser autosuficiente? Pues lo es, a partir de fuentes de energía renovable. La central hidroeólica de El Hierro incluye un parque eólico, un grupo de bombeo, una central hidroeléctrica, dos depósitos y una planta desaladora. Todo para conseguir un desarrollo sostenible.
Confundidos. Si hay grandes ciudades donde es imposible encontrar wifi, ¿cómo puede ser El Hierro la primera isla ¡Freewifi!? Increíble pero cierto. En cada rincón estratégico de la isla, lugares a los que debes ir sí o sí, encuentras un acceso gratis a wifi, ya sea un mirador, un faro o una playa. Cualquier punto de interés turístico tiene su punto de wifi y un QR, el cual escaneas y te aparece la dirección web donde tienes toda la información del lugar. Genial ¿no?
Maravillados. Pues sí, maravillados con la gente de El Hierro y Canarias en general. Gente abierta, dispuesta a entablar un conversación contigo, como si te conociese de toda la vida…
Pudimos comprobarlo en primera persona cuando nos alojamos en el hotel rural Ida Inés, en Frontera. No es un hotel lujoso, ni dispone de un gran buffet en el desayuno. Ida Inés es… otra cosa. La norma del Sr. Amós y su familia es el trato con el cliente, que éste se encuentre a gusto en su casa y en el resto de la isla. Por eso no es raro verle, con mapa en mano, explicando cada uno de los rincones al cliente que ha solicitado un poco de información. Ese carácter canario, afable, con el único propósito de agradar, hace que pienses en repetir la próxima vez que vuelvas a la isla.
Contentos por disfrutar de esa rica cocina herreña: papas arrugás y su mojo, ese rico pescado como la vieja, una ternera canaria que quita el hipo, el potaje herreño acompañado de un rico vino de la isla,…
Incertidumbre. Cuando estás en la isla, de vez en cuando te preguntas qué pasaría si alguno de los 800 volcanes entrase en erupción. Y sé que esto no sucede de un día para otro, pero me imagino que debe ser una incertidumbre permanente el pensar en que, en cualquier momento, puede suceder lo que pasó hace unos años con el volcán de La Restinga.
Pero aún así, los herreños viven tranquilos, muy orgullosos de su isla. La aman con locura. Y sobre todo ahora que, desde el año 2014 El Hierro es Geoparque, por ser lo que es.
Enamorados. Sí, volvimos enamorados de la isla, la única isla que nos faltaba por conocer y nos llegó al corazón. Tanto que estamos deseando volver, más días, con más tranquilidad, para estrujar cada rincón.
Felices por haber podido disfrutar de El Hierro con nuestra querida furgoneta. Con ella nos recorrimos toda la isla, sin prisas, parando aquí y allí. Porque #enfurgomolamás.
Nostálgicos. Ay… al recordar El Hierro se nos dibuja una sonrisa en la boca… Queremos volver. Y volveremos, porque esta isla es una maravilla.
Si te gusta la naturaleza, la tranquilidad, la geología, la buena gente, comer fenomenal y quieres SENTIR por los cuatro costados, El Hierro es tu destino. Sin ninguna duda.
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