Si alguna vez viajas por La Rioja o sus proximidades, hay un lugar que requiere una parada obligatoria. Si aún no has comenzado a disfrutar del mundo del vino, te hará despertar la afición. Si ya eres un apasionado, simplemente te va a emocionar.
Junto al pueblo de Briones en un entorno privilegiado se encuentra Vivanco; “Cultura de Vino” en estado puro. Es así por la pasión que le pone una familia que desde hace cuatro generaciones conviven con el vino recopilando todo su saber, y que desde 2004 nos ofrece el mayor complejo dedicado a difundir la Cultura del Vino.
Vivanco no es solo el mejor museo del vino del mundo (no porque lo diga yo, lo dice OMT-ONU), y una excelente bodega. Además dispone de un importante centro de documentación con más de 10.000 referencias que abarcan todas las disciplinas relacionadas con el vino, un restaurante donde disfrutar del “Winecooking”,cocina en la que el vino tiene una importante presencia en todos los platos, actividades en familia, donde los más pequeños podrán realizar multitud de actividades relacionadas con este mundo…. y mucho mas.
El Museo de Cultura de Vino es espectacular. Nada más entrar en la primera sala ya llama la atención la magnitud de lo que nos vamos a encontrar. Tanto las dimensiones de la sala como el tamaño de algunas de las máquinas que veremos expuestas nos dejan con la boca abierta. Pues esto no es más que el principio, el museo consta de 6 salas, algunas incluso más grandes que la primera.
Según lo recorremos vamos conociendo el vino desde su más lejana historia hasta nuestros días, en todas sus facetas; históricas, científicas, tecnológicas, humanas y artísticas. En total más de 6000 piezas expuestas.
De las tres veces que hemos visitado en museo, ésta ha sido la más especial. Invitados por Vivanco, como colaboradores de Familias en Ruta, vivimos de primera mano todo lo que implica la Fundación Vivanco y tuvimos el privilegio de ser guiados por Rafael Vivanco, parte del alma del proyecto y enólogo de la bodega.
El jardín de Baco
El Jardin de Baco es una parte del museo viva y al aire libre. Se trata de una colección de 220 especies de vides procedentes de todo el mundo.
Los Vinos
Vivanco nos ofrece, además de sus vinos de Crianza y Reserva, una interesante colección de monovarietales de las distintas variedades que integran la denominación de origen de la Rioja, Garnacha, Mazuelo, Maturana, y Graciano, así como un combinado de 4 varietales. Completan la gama un blanco Viura-Malvasía-Tempranillo, un rosado Tempranillo-Garnacha y un 4 varietales dulce “de invierno”.
El carácter de cada vino ha sido asociado a alguna de las piezas originales que están expuestas en el Museo, apareciendo en el etiquetado de cada botella.
La Bodega
Según recorremos el museo, justo antes de entrar en la sala de arte, el olor a vino se intensifica. En este lugar nos podemos asomar a un mirador desde el que contemplamos una inmensa sala octogonal con 111 columnas repleta de barricas. Transmite sensaciones para todos los sentidos, notamos el cambio de temperatura, la humedad, la acústica de la sala, el aroma a vino… y la boca empieza a salivar.
La visita a la bodega nos hace un recorrido por todo el proceso de elaboración del vino, la selección de la uva, el despalillado, prensado, fermentación y maduración en barrica. Tuvimos la suerte de ir probando los caldos en sus distintas fases de fermentación y maduración, y para distintas variedades de uva.
La bodega esta construida debajo de la tierra, debajo de los viñedos, respetando el entorno y manteniendo así unas condiciones óptimas de temperatura y humedad.
Wine Cooking
En el restaurante podemos degustar cocina tradicional en base al producto de la tierra con un toque de sofisticación. Todos los platos tienen una referencia al vino, ya sea en salsas, en forma de esferificaciones, reducciones, pétalos, etc.
También podemos tomar unos buenos pinchos en la cafetería acompañados, como no podía ser de otra manera, de los vinos de la casa.
Actividades en familia
Vivanco nos ofrece también actividades para disfrutar en familia. Vivanco Kids quiere acercar la cultura del vino a los más pequeños de la casa. Las actividades familiares harán que disfruten tanto los niños como los adultos. Son talleres en los cuales se utilizará como materia prima la vid y la uva, donde los niños desarrollarán su imaginación para crear, conociendo la historia del vino a su manera.
Otra de las actividades preparadas para los niños desde Vivanco Kids es un recorrido del museo adaptado para ellos. Es un camino alternativo donde les dirigirán hacia lo que más les llama la atención y más curiosidad les despiertan.
Y para desfogarse un poco, no hay nada como el jardín y el parque que Vivanco tiene preparado para ellos.
Han sido tres las veces que hemos visitado Vivanco. Seguro que habrá una próxima. Es una visita tan interesante e instructiva que es imposible aburrirse. Y lo más motivador para nosotros es lo que aprenden y disfrutan nuestras hijas. Así que… volveremos sin dudarlo.
Gracias a Vivanco por permitirnos disfrutar de la Cultura de Vino.
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