Cuando nos sugirieron pasar por esta carretera, no nos podíamos creer lo que veríamos, la cantidad de sensaciones que fluyen ni lo que disfrutamos conduciendo por la carretera de montaña más famosa de Austria: carretera alpina del Grossglockner.
“Esta carretera se encuentra en el corazón del Parque Nacional Hohe Tauern, en la región de Salzburgo, a unos 115 kilómetros de la ciudad. Partiendo hacia el sur desde Zell am See, a unos 15 kilómetros, llegamos al peaje para entrar en dicha carretera. Es una carretera de montaña que recorre unos 48 kilómetros donde ascendemos 1.500 metros de desnivel. Al final (o principio, según donde comiences a recorrerla) veremos el glaciar Pasterze, donde podremos divisar el pico más alto de Austria, el Grossglockner. Algo parecido, más o menos, es lo que nos decía la guía de Austria. Y ya que nos habían recomendado este lugar para allá fuimos.
Antes de adentrarnos en la carretera paramos en una zona de restauración y parque infantil, para que las niñas jugasen un rato. Sinceramente alucinamos en cuanto nos acercamos a él. No era un parque, era ¡un mini parque de atracciones en toda regla! Además de encontrar todo lo que los parques austriacos tienen (tirolinas, camas elásticas, hamacas,…) había muchos juegos eléctricos que por el módico precio de un euro cada uno las niñas disfrutaron a tope: digno de ver y disfrutar.
Una vez pagado el peaje y doliéndome en el alma pagar 33 euros por ver 50 km de carretera (eso sí, con un plano en español donde indicaba lo que íbamos a ver, donde la venden como el paraíso de cualquiera que le guste conducir) nos adentramos en la misma y…. se me pasó la pena. La carretera sube por un valle rodeado de montañas, las cuales superan todas los 3.000 metros y cubiertas de nieve en pleno julio. Los ojos como platos llevábamos los cuatro. Y por poner un pero, las cumbres no llegamos a verlas por lo nublado que estaba el día. Verlo un día soleado debe ser imponente.
En el plano, que puedes encontrar en la web de la carretera del Grossglockner, marcan una serie de paradas en el camino: miradores, museos, exposiciones, parques infantiles,… Te describo los puntos que nosotros visitamos.
1ª parada: Alpine Nature Show Museum:
En este museo, casi a 2.300 metros de altura, podemos ver una muestra de la fauna y flora que existe en el Parque Nacional Hohe Tauern. Un centro de interpretación que merece la pena visitar.
2ª parada: Edelweiß-Spitze:
Una estrecha carretera, llena de curvas, se desvía de la principal, para acceder a este mirador, el punto más alto de toda la carretera alpina del Grossglockner: 2.571 metros. La vista panorámica desde aquí es increíble: una treintena de picos de más de 3.000 metros alrededor nuestro. Aunque las nubes seguían tapando las cumbres las vistas eran una verdadera gozada.
3ª parada: Fuscher Lacke
En una antigua caseta, utilizada por los trabajadores que se encargaron de la construcción de la carretera, se encuentra una exposición que habla de ello. Aunque todas las descripciones y audios son en alemán, y nosotros no entendemos nada, hay muchas fotos en las que te puedes hacer una idea de lo duro que fue construir esta carretera.
Allí mismo hay un parque infantil para los peques muy divertido, compuesto por poleas, balanzas y demás, que con tan solo agua y arena harán la delicias de los más pequeños de la familia.
4ª parada: Centro de visitantes Kaiser-Franz-Josephs-Höhe
Este centro se encuentra delante de la montaña más alta de Austria, Grossglockner. Y a su pie el glaciar más largo del país, el Pasterze. El día nos dió una tregua y desaparecieron esas nubes que nos acompañaron todo el recorrido y pudimos ver esa explosión de Naturaleza: hielo perpetuo desde miles de años, los últimos rayos solares reflejados en la cima del pico,… Y para rematar, las marmotas salían a recibirnos y las cabras montesas discutían entre sí con sus cornamentas, pudiendo disfrutar de ese espectáculo.
Aquí está ubicado el museo del coche antiguo, el Observatorio Swarovski, incluso puedes bajar al glaciar en un ascensor. Hay que tener en cuenta que en Austria cierran muy pronto: no pudimos acceder a nada por llegar más tarde de las cinco. Aunque las vistas del lugar compensan todo.
Esa noche la pasamos en el Nationalpark-Camping Grossglockner, en un entorno ideal.
Esta excursión es genial para hacerla con tiempo: poder disfrutar de la Naturaleza en estado puro, ver las exposiciones tranquilamente, andurrear por los prados, jugar con la nieve y disfrutar de la conducción. Lo tendremos en cuenta para la próxima vez.
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