En Europa cada vez es más común que granjas o explotaciones agrícolas ofrezcan un espacio en sus instalaciones para permitir la pernocta de autocaravanas o campers. Esto permite a los viajeros conocer más de cerca el mundo agrario y a los productores dar a conocer sus productos. En España poco a poco vamos encontrando lugares así, donde los propietarios nos abren sus puertas para que conozcamos su género. Nuestro primer contacto con esta forma de hacer agroturismo fue en el Trujal Artajo.
El Trujal Artajo, muy cerca de las conocidas Bardenas Reales en Navarra, es una explotación olivarera donde se produce aceite de oliva virgen extra de altísima calidad. Todo el proceso se realiza en la propia finca, desde el cultivo del olivo hasta el embotellado del producto final.
Hace poco que la familia Urzaiz pensó en abrir sus puertas a los autocaravanistas habilitando para ello un espacio con todo tipo de comodidades. En la finca han habilitado espacios de aparcamiento en pleno campo, entre frutales, junto a una zona con mesas, barbacoas y fregaderos. Encontramos fuentes de agua por toda la zona, y han dispuesto de un punto de vaciado de aguas grises y otro de negras.
La zona de pernocta actual se encuentra en torno a un pequeño lago, pero según nos contaron los propietarios están pensando en permitir aparcar también entre los olivos.
La estancia es totalmente gratuita. Sólo es necesario registrarse en su web, para reservar sitio.
Y ya que estamos allí, no nos debemos perder la visita guiada y gratuita, con degustación de Aceites Artajo incluida.
La visita comienza saboreando las distintas variedades de aceites de la casa, tanto monovarietales como coupages sobre tostaditas de pan y acompañadas de algún vino de la tierra. Disponen de gran variedad de aceites. La de mayor producción en la finca es la arbequina, y en menor cantidad arroniz, cornicabra, manzanilla cacereña, changlot real, koroneiki, panisello y picual.
Después de la degustación, pasamos a visitar el huerto donde producen pequeñas cantidades de hortalizas y verduras propias de las vegas de Navarra de manera totalmente ecológica, como el espárrago blanco, la alcachofa, guisantes y habas. Estas verduras no se comercializan sino que las usan únicamente para las jornadas gastronómicas que celebran en la finca.
A continuación visitamos el olivar, dispuesto en “espaldera” para permitir la recolección mecánica, reduciendo al mínimo el tiempo que la aceituna permanece almacenada desde la recolección hasta el prensado para obtener la máxima calidad.
El cuidado del olivar se realiza de manera ecológica, sin usar fertilizantes ni pesticidas, según nos explicaba Andrea Urzaiz, quien fue nuestra guía durante la visita.
Por último visitamos las instalaciones de producción de AOVE, la prensa, las centrifugadoras, la planta de envasado y la bodega. Todo ello aúna la tradición de la producción de aceite artesanal con la modernidad y la tecnología para conseguir extraer lo mejor de las aceitunas.
Al finalizar la visita pasamos por la tienda, donde podemos adquirir cualquiera de los aceites producidos en la finca, en distintas presentaciones.
La finca dispone de un espacio gastronómico que sólo funciona bajo reserva, ya sea para eventos o grupos de más de 15 personas, o en las Jornadas Gastronómicas que frecuentemente organizan en la finca, donde cualquiera puede inscribirse hasta completar aforo. Las jornadas consisten en menús temáticos con productos de la tierra, que van variando en función de la estación del año. El precio de éstas oscila los 40€ por persona.
Como nosotros estuvimos en primavera, disfrutamos de la Exaltación de las Verduras, un menú en el que los protagonistas eran los productos de la huerta que anteriormente habíamos visitado. Todo ello maridado como no podría ser de otro modo con los diferentes aceites Artajo.
Si queréis asistir a algunas de estas jornadas solo tenéis que reservar a través de su web.
Como ves, visitar el trujal de Artajo es muy interesante para toda la familia. En una mañana aprendemos cómo se produce el aceite de oliva virgen extra y sus variedades, el tan apreciado «oro líquido», con una visita muy entretenida. Y si, además, podemos pernoctar allí mismo ¿qué más podemos pedir?
Gracias a Aceite Artajos por darnos a conocer una nueva forma de pernoctar tan enriquecedora y disfrutar de un día exquisito en el trujal.
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