Alta cocina vasca en la furgo

Casi siempre viajamos en familia, los cuatro bien apretados en la furgo. Rara vez salimos sin nuestras niñas, pero de vez en cuando hay que hacer cosas en pareja, alguna escapadita de fin de semana los dos solos en las que desconectar de las obligaciones diarias y poder hacer cosas juntos que normalmente no hacemos cuando vamos los cuatro.

La última vez que pudimos disfrutar de una de estas escapadas fue en nuestro reciente viaje a Plasencia, para asistir al Travel Bloggers Meeting. Ya era tarde cuando llegamos al camping donde pensábamos dormir y veníamos hambrientos del viaje… Era el momento ideal para probar los platos que habíamos recibido de Elikatu días antes y poder disfrutar de alta cocina vasca en la furgo.

Elikatu prepara platos caseros y tradicionales. Los envasa al vacío, después son pasteurizados y te los envían a casa en un transporte refrigerado. Los platos aguantan varios meses en la nevera dentro de sus envases.

Al verlos a través del plástico, al vacío no te puede hacer una idea de lo que hay dentro, piensas que será un plato precocinado más. Puedes calentar varios platos a la vez al “baño María” en la misma cacerola sin mezclarse al estar cada uno en su bolsa.

Nada más abrir la primera bolsa te das cuenta de que no es un precocinado más. Solo con el olor se aprecia que se trata de un plato hecho con cariño, a fuego lento…

Volcamos el contenido de la bolsa en el plato y la masa amorfa que se veía a través del plástico se convierte en todo un gran plato, como si lo acabáramos de cocinar.

Acompañado de un buen vino tenemos una cena romántica lista en un periquete. Solo falta encender la vela.

Con dos raciones, un primero y un segundo tuvimos más que suficiente para cenar los dos. Esta vez probamos la menestra de verduras y los chipirones en su tinta. La sensación es la de estar comiendo comida casera, recién hecha, de buena calidad y muy bien cocinada. La verdad es que merece la pena permitirse este pequeño lujo de vez en cuando.

En fin, que cenamos de maravilla, los dos solitos, sin preocupaciones, con una conversación de adultos, a la luz de la vela, brindando por nosotros.
Después de esta cena hemos probado otros platos:  albóndigas “ecológicas”, lasaña, pimientos rellenos de bacalao… con todos hemos tenido la misma buena sensación pero aún nos quedan platos por probar… Habrá que ir preparando otra escapadita.